Cuando pensamos en dulces pensamos inmediatamente en niños: la característica de diversión, aventuras y felicidad continua asociada con los niños encaja perfectamente en cualquier tipo de confitería que desee venderse.
Ese ya es un campo dominado por la publicidad, pero ¿cómo llegar a un público más adulto?
Independientemente de la edad, cualquier persona disfruta de los alimentos dulces; la variante es que los adultos tienden a pensar más en ciertas cosas que los niños no tienen en cuenta: información nutrimental, calorías, cantidad de azúcar, etcétera.
Para poder lograr una buena estrategia publicitaria en la venta de confitería dedicada a los adultos, es necesario tener en cuenta algunos aspectos:
- Sensaciones y emociones: aunque no lo parezca, el consumo de dulces es simplemente por gusto. Así que muchas marcas utilizan esto para poder promocionar sus productos: “Dejar de lado el estrés” y “Poder disfrutar de momentos especiales” son dos insights que funcionan bien para impulsar al consumidor a adquirir el producto.
- Nostalgia: algunas líneas de confitería utilizan este recurso para hacer publicidad. El evocar los recuerdos de la infancia (y todo lo que conlleva: diversión, juegos, alegría) es una manera de seguir vendiendo “a los niños que ya crecieron”. Es un pequeño giro de la publicidad que se hace de manera tradicional (enfocada al público infantil) pero puede resultar efectiva si se hace de manera correcta.
- Asociación de eventos: algunos dulces son mucho más vendidos en fechas especiales para un público mayor como el 14 de febrero, el día de las Madres y la Navidad.
- Beneficios: si además de ser rico, un caramelo refrescar el aliento o ayuda a aliviar un malestar de garganta es mucho más probable que el caramelo resulte más atractivo de consumir.
Los dulces serán siempre un producto popular entre diversos públicos; hace falta el impulso adecuado.