La Central de Abasto, el mercado más grande del mundo ubicado en la alcaldía Iztapalapa tendrá nuevos horarios. A partir de esta semana la administración del lugar, de 327 hectáreas y dependiente del gobierno capitalino, cierra sus puertas pro primera vez en casi 40 años para efectuar, durante seis horas diarias, labores de limpieza y desinfección.
Así, la actividad comercial permanecerá cerrada entre las 16:00 y las 22:00 horas de lunes a domingo. Además de estas nuevas medidas continúan tomando la temperatura a las personas que ingresan a la central, además, en caso de que se identifique a alguien con síntomas de Covid-19 se llevará a cabo un protocolo.
Para las personas que ingresen a este mercado deberán utilizar cubrebocas, estornudo de etiqueta, evitar tocarse la cara, lavarse las manos con frecuencia y tanto para los que venden como los que compran deberán mantener la sana distancia.
La medida busca dejar espacios salubres para el grueso de la clientela que acude durante la madrugada, horario preferido de minoristas y distribuidores de la zona central de México, la más poblada del país de 127 millones de habitantes. La Central de Abasto abastece a muchos capitalinos pues el 80% de lo que se consume en la ciudad proviene de esta zona.
El fideicomiso que administra la central, FICEDA, adoptó a finales de abril un sistema de diagnóstico, detección y hospitalización para que sus trabajadores y los vecinos del mercado acudan si sospechan tener el virus.
Varios consultorios distribuidos en el vasto terreno determinan si los pacientes presentan un perfil vulnerable o síntomas de la enfermedad, invitándolos a realizarse una prueba.
“La estrategia (…) es detectar tempranamente cualquier posibilidad de contagio para parar la cadena de transmisión”, dice Héctor García, administrador general del FICEDA.
Aquellos que son testeados reciben el resultado mediante un servicio telefónico habilitado por el mercado. Si resultan positivos, deben aislarse durante 14 días y cuentan con asesoría en caso de que requieran hospitalización.
“Ahorita el protocolo es hacerle prueba a todos, ¡a todos! Vengan con síntomas, vengan sin síntomas”, señala la doctora Idalí Sánchez, de 26 años, quien atiende uno de los consultorios.
También se instaló además un área de triaje desde la cual algunos pacientes son derivados de inmediato a un hospital provisional, donde pueden permanecer aislados y en observación.