La migración de hombres al norte del país ha impulsado la participación de la mujer en campos de cacao de Tabasco y Chiapas, pues en 13 años las mujeres al frente de fincas productoras pasaron de 10 a 35 por ciento, señalaron directivas del sector chocolatero.
En una conversación con La Jornada a propósito del Día Internacional de la Mujer, Alicia Páramo, directora general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares (Aschoco) resaltó la mayor participación femenina en el ramo.
Refirió que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía indican que en la economía en general 58.7 por ciento del trabajo lo hacen hombres y el resto mujeres.
En la industria manufacturera los hombres representan 63.1 por ciento y las mujeres 36.9 por ciento. Pero en el sector de chocolates 52.3 por ciento son mujeres y el resto son varones.
Janet Gómez Barrios, directora adjunta en Ecom, firma que procesa materias primas como el cacao y el café, señaló que censos realizados por la empresa indican que en Tabasco y Chiapas, donde se encuentran la mayor parte de la producción del alimento, se ha observado que en 13 años las mujeres dueñas o que están al frente de negocios o fincas pasó de 10 por ciento a 35 por ciento.
Explicó que la migración de hombres a Tijuana y Estados Unidos, donde trabajan en las maquilas, ha impulsado el cambio.
Apuntó que años atrás era común ver más a hombres al frente de las fincas, porque se trata de labores físicas pesadas, mientras las mujeres tenían un papel “tras bambalinas”, en la parte terminal del proceso del cacao como vender un poco de la producción o usarlo para mole.
Con el paso del tiempo, en el sector primario del cacao existe mayor equidad de género, pues las mujeres tienen más acceso a la educación y es posible ver a agrónomas o mujeres especialistas en el campo.
“Tenemos todavía muchos finqueros, pero la presencia de la mujer es mucho más grande, es mucho más activa, propositiva y están haciendo un cambio de pensamiento en este ámbito.”
Resaltó que la población femenina también está impulsando la cultura del cacao como una actividad económica, es decir, dejar de verlo como un ingrediente y ahora como una forma de obtener recursos monetarios, pues “en México el campo tiene futuro y no es necesario emigrar”.
Alicia Olascoaga, quien está al frente de Caratti, empresa de chocolatería artesanal, resaltó que 75 por ciento del personal que labora en esa microempresa es femenino, mientras que 25 por ciento restante son hombres, pero no participan en la producción como tal.
Aunque no hay un dato exacto, refirió que en el sector de la chocolatería artesanal es cada vez más frecuente ver a más mujeres chef chocolatier, un trabajo que era dominado por varones.
Apuntó que es común que exista una diferencia salarial por género, pero en Caratti se busca una igualdad en los ingresos. Relató que el trabajo femenino resalta por hacer eficientes las cosas: “Son muy proactivas, siempre están proponiendo cosas nuevas, haciendo cosas diferentes.
“Las mujeres que trabajan en las microempresas representan a veces 100 por ciento del ingreso de su familia.”
Gómez Barrios concluyó que la participación de la mujer en el sector ha sido impulsada también por el apoyo de los hombres, mientras Olascoaga resaltó la sororidad y las redes de apoyo de las mujeres para construir más, para ser mejores en todo sentido.