La prohibición de venta, distribución y suministro de bebidas azucaradas y alimentos procesados con alto contenido calórico a menores de 18 años, en Oaxaca y Tabasco, tendrá como una de las consecuencias un mayor consumo de estos productos desde los autoservicios, consideró la consultora Euromonitor.
“Según esta nueva ley, si los menores quieren refrigerios indulgentes durante la hora del almuerzo, por ejemplo, deberán solicitarlos a sus padres, comprados con anticipación, probablemente en paquetes más grandes, por lo que podemos esperar que algunas de estas ventas perdidas se recuperen en supermercados e hipermercados, aunque con menores márgenes de beneficio”, señaló un análisis de la consultora.
Agrega que los puntos de venta tradicionales, como las ventas de máquinas expendedoras, caerán significativamente y las grandes cadenas de conveniencia como Oxxo probablemente experimentarán mayores caídas.
En repostería y botanas saladas, el canal tradicional representa más de la mitad de todas las ventas minoristas de valor en México, mientras que en el caso de los refrescos, la proporción es de un tercio.
Además de Oaxaca y Tabasco, actualmente hay 27 estados y dos ciudades más (Ciudad de México y San Luis Potosí) que están analizando la ley o ya han elaborado iniciativas similares. Asimismo, hay cinco propuestas de reforma federal sobre este tema.
“Aunque se han implementado prohibiciones de comercialización de alimentos y bebidas considerados no saludables en varios países (Chile, Canadá, Noruega), este es el primer territorio donde se aplicó una prohibición absoluta de su venta a los niños”, informó el documento.
Detallan que es probable que la promulgación de la ley interrumpa muchas actividades de consumo diario, pues en los datos per cápita de Euromonitor International muestran que el mexicano promedio consumió 3.2 onzas de bocadillos sabrosos y bebió 1.9 litros de carbonatos de cola por semana en 2019, las tasas más altas en América Latina.
“El cambio de comportamiento podría ser más complicado si se ponen rápidamente a disposición alternativas saludables en lugares frecuentados por menores, lo que lleva a una transición más suave, ya que muchos niños cambian sus bocadillos y bebidas a opciones legales”, refirió el documento.
Asimismo, consideran que pese a que el 33 % de los encuestados mexicanos quieren mejorar los hábitos alimenticios de sus hijos, es poco probable que se adopten refrigerios y bebidas más saludables si los padres consideran que los precios unitarios no son realistas.
Por ejemplo, en los refrescos, el jugo 100 por ciento natural puede crecer como una opción para los almuerzos escolares, pero el crecimiento será moderado debido a sus precios unitarios más altos.
“Esta ley llega en un momento oportunista, ya que la comida chatarra ha sido muy debatida en la política debido a las asociaciones entre una alimentación saludable y los riesgos de contagio de COVID-19”, declaró el análisis de Euromonitor.
Los hábitos formados a una edad temprana dan forma a los de la edad adulta, donde en México la tasa de diabetes es del 13 por ciento, en comparación con el promedio de Latam del 9 por ciento.
“Esta nueva ley se puede ver más como una medida preventiva: evitar que los niños vulnerables caigan en hábitos alimenticios poco saludables. Si bien esta nueva ley puede parecer extrema, no es la primera de este tipo en la región que se dirige a los niños”, concluyó el documento.
Chile prohibió los personajes infantiles en productos con etiquetas negras que resaltaran el contenido nutricional poco saludable, y fuera de Latinoamérica, por la misma razón, Lidl en el Reino Unido eliminó los personajes de dibujos animados de su cereal de marca propia.