Por Eduardo Romero
Es un momento crucial para la industria chocolatera global, el sector enfrenta una transformación sin precedentes, impulsada tanto por la subida histórica del precio del cacao que hubo a lo largo del 2024 como por la evolución de las preferencias del consumidor. Con un mercado global valorado en 134 mil millones de dólares en 2024 y proyecciones de crecimiento anual del 1.7% hasta 2029, según el informe “Top Chocolate Trends en 2025” de Barry Callebaut, la industria navega entre la volatilidad de precios y transformaciones en el gusto de los consumidores.
Impacto de la crisis en los precios del cacao
La cuadruplicación de los precios del cacao en menos de un año ha obligado a la industria a replantearse estrategias fundamentales. Alejandro Campos, de Chocolates Wolter, la chocolatera mexicana más premiada internacionalmente, describe el impacto inmediato: “He observado empresas que han bajado gramajes, han reformulado o incluso han cerrado. Cuando tus insumos se cuadruplican de un año a otro, es difícil aguantar”.
Esta crisis golpea diferenciadamente al sector. Las grandes corporaciones, protegidas inicialmente por sus compras a futuro, comenzaron a enfrentar los nuevos precios cuando sus inventarios se agotaron, casi a finales de 2024. Mientras tanto, pequeñas empresas como Chocolates Wolter, que trabajan “al día con la cosecha”, comenzaron a sentir el impacto mucho antes, obligándolos a analizar sus precios, formulaciones y gramajes para subsistir financieramente.
Por lo tanto, la industria chocolatera mexicana tiene que replantearse diferentes estrategias, de producción y comercialización, que le permitan poder continuar proporcionando el chocolate de gran calidad que le caracteriza.
La multisensorialidad como elemento diferenciador
El chocolate cada vez se aprecia más como una experiencia sensorial completa que involucra los cinco sentidos. Como señala la Aschoco: “El chocolate es una experiencia que se disfruta con los sentidos. Desde que lo ves te vas enamorando del producto, lo hueles y disfrutas sus aromas, sientes su textura cuando se derrite en la boca, y cuando partes una barra de chocolate, el sonido del ‘crack’ significa que está bien atemperado”.
El reporte de Barry Callebaut refuerza esta tendencia, indicando que las vivencias multisensoriales evocan “un nivel más profundo dentro del consumidor”, haciendo que cada producto sea memorable desde el empaque hasta la sensación final.
La evolución del paladar mexicano
Un fenómeno notable es la evolución del paladar del consumidor mexicano hacia opciones más sofisticadas. “Nos ha sorprendido muchísimo que niños entre doce o trece años preferían el chocolate oscuro. Realmente está habiendo un cambio en las costumbres”, comentan desde la Aschoco, esto señala una tendencia hacia la apreciación de chocolates con alto contenido de cacao.
Alejandro Campos de Chocolates Wolter comparte una observación similar: “Lo más popular es el chocolate oscuro, entre la gente que quiere probar un buen chocolate; que tenga un 70% de cacao para arriba; sin embargo, también tenemos una línea de chocolates salados que han sido muy bien recibidos”.
El desafío del bajo consumo de chocolate en México
A pesar de ser un país productor con una tradición histórica con el chocolate, México enfrenta un consumo per cápita alarmantemente bajo. “México consume menos de un kilo per cápita al año. En los países europeos consumen entre 5 y hasta 13 kilos”, señala Campos, identificando que el bajo consumo de chocolate en el país es el “el reto más grande que tenemos”.
Esta realidad contrasta con el potencial del mercado mexicano: “Si México consumiera el doble, 2 kg de chocolate, estaríamos del otro lado”, afirma Campos. La Aschoco coincide: “Comparado con Suiza, donde consumen entre 11 y 13 kilos, o Brasil con alrededor de 10 kilos, el kilo que consume México no es nada”.
Educación y cultura del consumo de chocolate
Tanto Alejandro Campos como la Aschoco coinciden en que la educación del consumidor es fundamental para desarrollar el mercado. Campos describe su enfoque: “En Hacienda La Luz hacemos que la gente pruebe un pedacito de chocolate y le explicamos: este sabe a esto, este cacao tiene estas notas, lo puedes combinar con este vino, esta cerveza, este mezcal… así la gente aprende a degustar”.
Esta estrategia educativa de conocer más a fondo la profundidad de sabores del chocolate busca posicionar el chocolate como un producto mejor estimado, y pretende seguir el camino de otros productos mexicanos que han logrado revalorizarse. “Hace 30 años no se consumía vino en México, el tequila valía menos que un ron barato, y un mezcal ni regalado lo aceptabas. Ahora ve los niveles en que están” estos productos, reflexiona Campos. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de Chocolates Wolter y otros productores por incrementar el consumo de chocolate, para estimular el consumo del chocolate es necesario una serie de estrategias a gran escala que debe de involucrar a todos los actores del sector privado y al gobierno.
Innovaciones y tendencias para 2025
América Latina se perfila como la región con el crecimiento más rápido en el sector chocolatero entre 2024 y 2029, según Barry Callebaut. En términos de innovación, la Aschoco identifica tendencias emergentes: “Están en tendencia los sabores agridulces, como tamarindo, que tienen mucho que ver con el tipo de dulces tradicionales de México”. Además, agrega: “La tendencia son las tablillas con mayor porcentaje de cacao y con mezclas consideradas premium.”
En cuanto a formulaciones, se observa un movimiento de las grandes marcas hacia opciones con mayor contenido de cacao y con cacao de origen mexicano. “Marcas como Hershey’s sacaron un chocolate 70% cacao mexicano, y Lindt tiene tabletas hasta de 95% cacao”, destaca la Aschoco.
Otra tendencia que va en ascenso es que “El consumidor quiere saber de dónde viene el cacao y busca lo más orgánico o lo menos industrializado”. Es decir, el consumidor tiene la necesidad que su consumo sea más consciente y mejor informado.
Hacia un futuro más sostenible y consciente
El futuro del chocolate en México y el mundo se dirige hacia un consumo más consciente y valorativo. Con un tercio de los adultos a nivel mundial consumiendo chocolate semanalmente, y uno de cada cuatro consumidores buscando productos artesanales de mayor calidad, el sector tiene la oportunidad de capitalizar esta evolución hacia un consumo más sofisticado.
Como concluye Campos de Chocolates Wolter: “El chocolate es un regalo que se hace uno a uno mismo, o a alguien más. Es algo muy especial y hay que tratarlo como tal”. Esta filosofía resume el camino que parece estar tomando la industria: hacia un chocolate mejor valorado, más apreciado por sus cualidades organolépticas y su origen; consumido como una experiencia premium más que como un simple dulce.
En estos momentos de cambio, para la industria queda claro que el futuro del chocolate dependerá tanto de su capacidad para adaptarse a las crisis de suministro como de su éxito en educar al consumidor sobre el valor real de este milenario alimento que, como recuerda la Aschoco, “es uno de los regalos más preciados que México le ha dado al mundo”.