Diversas organizaciones civiles hicieron un llamado urgente al Poder Legislativo para que apruebe el etiquetado frontal, legible, claro y sencillo en alimentos y bebidas, ante la actual situación de obesidad, diabetes y desnutrición de la niñez mexicana.
Entre sus consideraciones destacan que los menores y adolescentes con muy alta marginación son los principales consumidores cautivos de productos con alto contenido de azúcares, grasas saturadas, sodio y calorías que tienen un gran impacto negativo en la salud presente y futura.
Esta medida legislativa apoyará a que las empresas dedicadas a estos ramos eleven sus estándares a nivel internacional y tendrá efectos positivos inmediatos en las condiciones de salud de la niñez y adolescencia del país. Refieren que en México se consumen anualmente 214 kilos de alimentos ultra procesados por persona, lo que nos convierte en el primer país consumidor de éstos en América Latina y el cuarto mundial, lo que desplazado el consumo de alimentos saludables dentro de la dieta tradicional de niñas, niños y adolescentes.
Reconocen que el etiquetado frontal como medida, no deben ser una acción aislada del Estado, sino una línea de acción que se sume a la construcción de una política integral en materia de salud, nutrición y de educación. Las organizaciones apuntan que en el caso del Etiquetado Frontal, una legislación que lo establezca para productos alimenticios y bebidas cumple con el espíritu del ordenamiento de garantizar la salud de los menores. Entre las organizaciones destacan Aldeas Infantiles SOS, ADIVAC, Asociación Mexicana de Diabetes, Autogestión Comunitaria para la Equidad Social, Centro de Estudios Ecuménicos, Consejo Ciudadano de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado de San Luis Potosí, Consorcio Ciudadano para la Democracia y el Desarrollo Social Sustentable, El poder del Consumidor, Incide Social, REDIM, Red por los Derechos de la Infancias en México, World Vision México, entre otras.
Sin embargo, organismos empresariales señalan que la iniciativa para cambiar e el etiquetado actual por uno de advertencia, más que beneficiar desinformará al consumidor.